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Granja de abejas en Berefet

Durante el curso escolar 2011-2012, la escuela Ramon Llull pone en marcha su primer proyecto de cooperación internacional con Gambia.

 

Una de las mayores problemáticas a abordar en todo proyecto de cooperación internacional, es la sostenibilidad del mismo. Cualquier actuación, por pequeña que sea, debe prever medidas que garanticen la durabilidad de la acción en el tiempo, dándole de ese modo sentido propio.

 

Por eso, deben diseñarse políticas de sostenibilidad de acuerdo con las posibilidades tanto de los donantes como de los beneficiarios, por esta razón hay que buscar fórmulas de sostenibilidad que nazcan sobre el terreno, que no nos vengan impuestas, o si se quiere, condicionadas desde nuestra óptica paternalista, ajena en muchas ocasiones a la propia realidad del entorno socioeconómico que caracteriza a las comunidades beneficiarias.

 

Por eso; sostenibilidad sí, pero ahí.

 

La escuela Ramon Llull se ha propuesto así, destinar todos los fondos obtenidos, a generar riqueza. Estamos convencidos de que es lo que nos va a garantizar el éxito y la durabilidad de la acción que nos disponemos a emprender.

 

Tras meses de trabajo y asesoramiento, observamos que los modelos favorables a la creación de riqueza recaían básicamente en fórmulas asentadas en su realidad natural o socioeconómica, de fácil implantación y posterior desarrollo. Entre ellas, podríamos destacar el textil, el transporte, la agricultura y la apicultura. Todas y cada una de ellas son características de Gambia, por lo que no generan ningún impacto social, y suelen ser bien recibidas por cualquier comunidad.

 

Es así como decidimos centrar nuestra acción para 2012 en la participación en un proyecto de apicultura, con la intención de poder sentar unas bases sólidas que nos permitieran recoger el fruto de forma continua en el tiempo, garantizando así la continuidad del acción de forma indefinida.

 

Este proyecto, no sólo aporta recursos propios a la comunidad, sino que a su vez genera puestos de trabajo y lo más importante, permite una diversificación de la actividad económica independientemente de la agricultura. El 90% de los ingresos familiares depende de la actividad agrícola y una diversificación permite la sostenibilidad por encima de temporadas de baja productividad de este sector.

 

Por otra parte, el entorno rural se está viendo afectado en los últimos años por una serie de problemáticas provocadas por la despoblación por falta de recursos, la emigración de los más jóvenes y la deforestación. La implantación de un proyecto como el de la colmena de miel que, a su vez, cuenta con cierta tradición en el país, es una manera de hacer frente a estas problemáticas, dotando a las comunidades rurales, de expectativas, tanto económicas como sociales.

 

En esta dirección, hace ya 2 años que en la comunidad de Berefet, población de poco más de 500 habitantes, empezó la aventura de la granja apícola con excelentes resultados, generando puestos de trabajo y lo que es más importante, riqueza en el poblado.

 

Proyecto 2011-2012. Granja de abejas en Berefet

Con el fin de poder supervisar la evolución de nuestra inversión económica, un equipo de Mirada Oberta ha viajado este verano a Berefet para hacer, no sólo un seguimiento del estado de las colmenas, sino también de disfrutar de la experiencia de decorar los colmenas, de observar el proceso de colonización de las abejas y de vivir el proceso de obtención de la miel.

 

Es en este proyecto apícola de Berfet al que la escuela Ramon Llull se ha adherido, consiguiendo el excelente resultado de financiar la creación y la implantación de 100 colmenas, aumentando así la capacidad de autogestión de la comunidad.

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